Una noche de luna llena mientras la princesa Joana lloraba desconsolada junto a la ventana. Un duque amigo de su futuro prometido la escucho como lloraba y fue a ver que pasaba.
El joven duque Leandro se la encontró en el alfeizar del gran ventanal, decidiendo si tirarse o no. Al escuchar unos pasos Joana se volvió y apunto de caerse el joven la agarro.
Se tiraron horas hablando, más bien como Joana lloraba y entre lagrima y lagrima alguna palabra se escuchaba, él lo único que hizo fue abrazarla y dejar que sacara todo fuera.
Les llego el amanecer aunque algo había cambiado, ella sonreía y entre los dos una llama de amistad se encendió. Él le prometió que seria su confidente que cuando ella le necesitara él estaría hay.
Pasaron las semanas y dicha llama fue calentando el alma de los jóvenes tanto que Joana empezó a sentir algo que nunca pensó que le sucedería pues él era su confidente, pero también su reflejo pues en todo se parecían.
Este secreto le comía por dentro pues no sabía que hacer, quizás solo confundió las señales, quizás solo fue un mal sueño o una prueba de su amistad. Días después la princesa se confeso a Leandro, él no sabía que contestar pues sus sentimientos eran totalmente contradictorios, él todas las dudas le aclaro y algo dentro de la princesa se calmo, no era decepción, no era nada doloroso sino una tranquilidad que la lleno.

Joana le mandaba cantar a las que el no contestaba, ella cada vez se preocupaba más. Y día tras día esa alianza se fue desquebrajando y nadie se impuso para pararlo, para detenerlo y pegar esas grietas.
Un día cuando la princesa bajaba a la biblioteca se encontró con el duque y le pidió cuentas a las que el solo pudo contestar que estaba muy ocupado o pasaba con ella todo el tiempo que podía, pero ella sabía que tales palabras eran mentira.
Ella no paraba de torturarse pensando que era la única culpable y que tenía que arreglarlo fuese como fuese. Pensando detenidamente se dio cuenta que lo que le sucedió fue que confundió un tipo de amor con otro, que no eran celos si no rabia cuando escuchaba al duque hablar de una doncella que le quitaba el sueño pero que le hacía sufrir pero él no podía reclamar nada pues no había nada entre la doncella y él. Se dio cuenta que el amor que sentía por el príncipe Rober no se le parecía ni de lejos a lo que le sucedió con Leandro, el amor por el príncipe era cálido, apasionado, lujurioso pero por Leandro lo único que sentía era el ansia de protegerlo, un cariño tierno, el amor que se puede sentir por un hermano.
La princesa intento explicárselo pero él insistió que no era eso, pero ella sabía la verdad. Ese fuego que en sus almas se despertó se convirtió en un tempano de hielo el cual con un solo roce del viento se podía desprender y romperse en añicos...
PD: ¿Enserio vale la pena dejar una bonita amistad por una maldita confusión?
Eres la mejor amiga que tengo, he tenido y tendre en toda mi vida...nuestra amistad me importa muchisimo, tanto como mi misma existencia ya que sin ella no tendria mucho sentido. De verdad que no quiero que esto tan bonito se valla a pique, ya que me hiria yo tambien. Eres la mejor.
ResponderEliminarPD: en la palabra "témpano" te valta la tilde xD.
Vale que no quieras pero eso es lo que pienso que esta pasando y si todo se acabara pues..se quedaría en mi pecho un gran vació difícil de llenar...
ResponderEliminarPD: escribo tempano como yo quiera JUM
aii...si es cierto que es lo que parece que esta pasando ya hablamos menos...pero yo no quiero que pase...dime que quieres que haga y lo haré. Acaso no crees que tambien se quedaria un vacio en mi?.
ResponderEliminarPD: esque parece que quieres poner temprano en vez de témpano.
Hasta tu mismo te das cuenta y si pasa es por algo...y hay una cosa que odio de ti que es que te lo guardas lo que te pasa, contra que estoy aqui que te puedo ayudar y me apartas
EliminarYo solo se que no se nada...