Una historia que contar...2

La princesa Joana en una gran depresión cayó, pues las cosas entre ella y Leandro empeoraron.
Lo peor fue que el príncipe Rober algo sospechaba, él pensaba que Joana un amante tenía y que era uno de sus aliados.
Una noche los sueños de la princesa se tornaron y se despertó exaltada y en el filo de su cama Leandro se encontraba... Los dos se quedaron mirándose durante gran largo tiempo.
Leandro le confeso que toda y cada una de las noches él la escoltaba de la noche, de las tinieblas. Se sentía avergonzado por su comportamiento infantil al intentar evitarla pero no podía estar sin ella, era como si una parte de él estuviese ausente y por ello se escondía en la noche y no solo en los sueños de Joana.
A la princesa le falto tiempo para  reclamarle y Leandro con un beso todas las dudas espanto... Fue un beso largo, dulce, ardiente pero cuando el beso tuvo su fin ninguno de los dos supo que hacer, pues era algo incomodo pero a ninguno de los dos les disgusto, ella estaba comprometida y él era uno de los amigos de su futuro marido.
Los dos sentados en la cama miraban al fuego y sin mediar palabra ella le contesto con otro beso... Joana pensaba que tenía todas sus dudas resueltas pero con ese beso todas volvieron pero a mitad del beso se aparto...:
-No, no, esto no esta bien
+¿Porque? Me respondiste al beso y con el apagaste mi angustia y mis dudas
-Porque yo estoy comprometida y tu eres su mejor amigo
+Pero no podemos ir contra lo que sentimos...
-No me lo hagas más difícil por favor tenemos que...
En ese momento Rober entro por la puerta sorprendiendo a ambos y pidiendo explicaciones. Como era de esperar mintieron diciendo que la había oído gritar y vino haber que pasaba, que todo había sido una pesadilla.
Robe no muy convencido se fue junto con Leandro y Joana se sentó frente al fuego. No podía olvidar aquel beso y ansiaba volver a probar esos labios, sus labios.
Tenía que olvidarse de él, tenía que volver a pensar que entre ellos no habría nada, que ya su amistad no significaba nada...