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lunes, 29 de octubre de 2012

Una historia que contar...6

Tan ilusa era nuestra princesa que no percato lo que ocurría entre Leandro y las doncellas, claro está nuestro caballero andante se recupero en días. Mientras que nuestra tonta princesa iba a recoger frutos el señorito con la excusa de que aun se encontraba débil se quedaba en cama siendo cuidado por las cuatro lagartonas de turno.
Los caballeros que la acompañaban sabían de tal cosa y aunque se lo dejan caer Joana no sabía lo que era, hasta que un par de días después uno de los soldados le dijo que a Leandro tenia fiebre y tenía que ir a ayudarle pero lo único que encontró fue a Lusila metida en su cama dándole besos y las otras mirando envidiosas pues Lusila era la favorita de Leandro y no es de extrañar también era la más guarra de las cuatro.
A la princesa se le cayó el cielo que un día su querido amado le cedió, a sus pies. Le pidió a los soldados que sacaran a las fulanas de allí y las ataran a un árbol. Luego cerro la puerta y se quedaron ella y Leandro en el interior.

+¿Como te atreves a hacerme esto? ¿Sabes todo lo que he tenido que dejar atrás por ti? ¿Sabes todo lo que he tenido que sacrificar para que puedas seguir viviendo? No la tienes porque sino no me lo pagarías así.
-Cariño..
+Ni cariño ni nada, te he salvado la vida vendiendo mi alma al mismísimo diablo y ¿te vas con las fulanas esas de hay afuera? 
-Lo que has visto no era nada
+No me trates como a una tonta, porque ya he dejado de serlo. Por fin me he quitado la venda, que por cierto, gracias.
-Se me ha abalanzado ella
+Puede ser, pero bien que te has dejado besar y manosear 
-Necesitaba calor humano..
+¿Te soy poca cosa? ¿Enserio me amas o solo fue una noche? ¿Por que me mientes?
-No lo eres pero lo que siento ya no es lo mismo, necesito probar el sabor de otros labios, sentir el calor de otros cuerpos...
+Tendría que haberle echo caso a mi madre, tendría que haberte dejado morir como una sucia rata.
-¿Fuiste tu quien...?
+No, por desgracia ese privilegio lo tuvo mi madre.
-¿Por que?
+¿Enserio? ¿Tan cretino eres de no saberlo? Creí que era mi culpa, que hice algo mal pero no fuiste tu quien desde el principio me mintió quien me engaño y traiciono. Fui el hazme reír durante semanas y no te importo al igual que no te importo ni te importa que tenga el corazón echo pedazos por tu culpa. Deje a Rober por ti sabiendo lo que sucedería pero me dio igual porque te amaba.
-No sabía que sintieras eso...
+No sabía yo tampoco lo necio que podríais llegar a ser pero me sorprendisteis caballero, me sorprende que no lo supieras pues bien que te lo creíste cuando me hiciste tuya.
-Joana lo siento, creí que para ti también era un pasatiempo, jamás pensé que te enamorases de mi.
+¿Cómo no lo iba a hacer con esas palabras y promesas que me regalabas? ¿Cómo no lo iba a hacer  con esos besos a la luz de la luna? ¿Con esas cartas para vernos a escondidas? ¿O cuando te encontré en mi cuarto y me declaraste amor? 
-Es cierto que sentí algo por ti pero al fin y al cabo no podríamos ser mas que amigos, aunque es cierto que semejantes limites traspasamos y que nos cegó la lujuria. Pensé que al verme con otras comprenderías que todo se acabo que siguieras tu camino con Rober.
+Estaba enamorada de ti , ni en un siglo podría olvidarme de esa noche, ni de esos besos, ni del roce de tu cuerpo. Cada vez que lo mirase pesaría en mi la culpa y en su rostro estaría reflejado el tuyo.
- Nos equivocamos ambos..
+No, te equivocaste TU. Todo es por tu culpa...

La discusión siguió durante horas pero lo que no sabían es que la querida amante de Leandro, Lusila, se había desatado y estaba escuchando detrás de la puerta. Cuando escucho suficiente y su rabia era inmensa, cogió uno de los caballos y se transpuso camino hacia Encalimur para buscar a Sir Rober y contarle la traición y los atrapara.

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