Odio esas peleas que no tienen sentido ni tampoco un rumbo fijo,
esas peleas que solo causan dolor de cabeza y sufrimiento,
donde cada palabra es como un cuchillo afilado,
donde nada es comprensible, donde las palabras no tienen sentido,
las cosas que salen de nuestros labios no son existentes.
No quiero ni tampoco las necesito pero tu para mi eres indispensable,
dices que igual para ambos pero lo dudo a cada instante
un poco más, y luego otro poco más.
Me llenas de dudas, de incertidumbre, de miedos, de dudas...
y ni siquiera eres capaz de apaciguar nada.
Ya no me conformo con simples palabras, quiero echos,
basta de tantos "te quiero" y no demostrarlos,
no quiero más "buenos días princesa" si no lo van a ser,
no quiero tus promesas si no las vas a cumplir,
no quiero que hagamos planes juntos si jamás se van ha hacer..
Si solo soy algo pasajero, algo que ya no te importa
mejor bájate de este barco.
Es cierto que este sentimiento no se ira tan fácil, pero prefiero
sufrir sin ti, que sufrir contigo.
Aun no me explico como pudiste meterte tan profundo,
como empezaste a aparecer en mis sueños,
como no desaparecías de mi mente,
como esperaba ansiosa el poder hablarte,
como cada sentimiento se iba transformando en algo más.
Quizás haya sido demasiado estúpida confiándote todo lo que aprecio,
pero como se dice se aprende de los errores, y tengo que admitir
que eres uno de mis errores favoritos...
martes, 25 de diciembre de 2012
jueves, 20 de diciembre de 2012
Me rindo...2
Que maleducada soy, os empiezo a contar mi absurda historia y ni siquiera me presento, me llamo Alexia y soy esa estúpida que sale en los periódicos esta semana, seguro que escucharas hablar de mi y que te contaran un montón de historias, creete menos de la mitad y la otra mitad no le hagas ni caso.
Hay muy poca gente que me conozca algo más que la mayoría, también es esa gente a la que más daño hice por ser tan idiota. Los desprecie y no me di cuenta de la falta que me hacían no me fije en como era cuando estaba con ellos.
Eso si que eran amigos y los demás eran tonterías, aunque no me importaba demasiado rodearme de imbéciles sin cerebro a los que solo les importaba ser populares. Ahora me doy cuenta lo patéticos que eran, bueno también que yo era. Daría lo que fuera por haberme quedado como esa patito feo que le temía a los matones de turno y no ser esa barbie bobalicona.
Pero no, poco a poco me fui transformando. Al año siguiente de que entra al instituto entro otra chica, Carolina, era como yo pero eso no me impidió unirme al grupo de matonas y humillarla como un año anterior me lo hacían ami. Pero eso no funciono pues yo era el saco de boxeo favorito de Diva. Le conté a Carolina el porque de lo que hice y lo más sorprendente es, que me entendía. Teníamos un montón de cosas en común y nos fuimos haciendo amigas poco a poco, pero toda lenteja tiene dos caras ¿no? Pues ella no iba ha hacer menos, me traiciono, me vendió revelando todos mis secretos, todas las conversaciones que habíamos tenido, pero claro trucando lo dicho.
Desee que la tierra me tragara pero seguro que se hubiera atragantado conmigo, desde ese día empece a desconfiar de la gente, a esperar cierto tiempo para poder confiar en ellos pero era demasiado idiota y caía una y otra vez. Aunque odiara a Carolina pero cada vez que me necesitaba estaba ahí ayudándola y luego me daba una patada pero siempre volvía a pasar lo mismo.
En que mal momento le tuve que contar que me gustaba Elias, le falto tiempo para tirarse a su cuello y así reírse de la cara que ponía cada vez que les veía juntos.
Si, bastante hija de puta era y si bastantes putadas me hizo pero aunque fue a los años pero me las pague una por una junto con mi séquito de muñecas de plástico, sin cerebro y con mucho maquillaje. Aun lo recuerdo como si fuera ayer, que bien me sentó la venganza y que peso me quito de encima.
Hay muy poca gente que me conozca algo más que la mayoría, también es esa gente a la que más daño hice por ser tan idiota. Los desprecie y no me di cuenta de la falta que me hacían no me fije en como era cuando estaba con ellos.
Eso si que eran amigos y los demás eran tonterías, aunque no me importaba demasiado rodearme de imbéciles sin cerebro a los que solo les importaba ser populares. Ahora me doy cuenta lo patéticos que eran, bueno también que yo era. Daría lo que fuera por haberme quedado como esa patito feo que le temía a los matones de turno y no ser esa barbie bobalicona.
Pero no, poco a poco me fui transformando. Al año siguiente de que entra al instituto entro otra chica, Carolina, era como yo pero eso no me impidió unirme al grupo de matonas y humillarla como un año anterior me lo hacían ami. Pero eso no funciono pues yo era el saco de boxeo favorito de Diva. Le conté a Carolina el porque de lo que hice y lo más sorprendente es, que me entendía. Teníamos un montón de cosas en común y nos fuimos haciendo amigas poco a poco, pero toda lenteja tiene dos caras ¿no? Pues ella no iba ha hacer menos, me traiciono, me vendió revelando todos mis secretos, todas las conversaciones que habíamos tenido, pero claro trucando lo dicho.
Desee que la tierra me tragara pero seguro que se hubiera atragantado conmigo, desde ese día empece a desconfiar de la gente, a esperar cierto tiempo para poder confiar en ellos pero era demasiado idiota y caía una y otra vez. Aunque odiara a Carolina pero cada vez que me necesitaba estaba ahí ayudándola y luego me daba una patada pero siempre volvía a pasar lo mismo.
En que mal momento le tuve que contar que me gustaba Elias, le falto tiempo para tirarse a su cuello y así reírse de la cara que ponía cada vez que les veía juntos.
Si, bastante hija de puta era y si bastantes putadas me hizo pero aunque fue a los años pero me las pague una por una junto con mi séquito de muñecas de plástico, sin cerebro y con mucho maquillaje. Aun lo recuerdo como si fuera ayer, que bien me sentó la venganza y que peso me quito de encima.
Me rindo...
Las verdaderas historias solo las pueden contar aquellos que las viven, que están metidos de lleno, no aquellos que solo saben pequeñas cosas e inventan el resto, por eso no hay nadie mejor para contar mi historia que yo misma.
Desde mi punto de vista en estos momentos pienso en todo lo que he hecho y veo que nada ha servido para cambiar mi final. Aun intentan reanimarme, después de la gran perdida de sangre y que el calor de mi cuerpo se haya esfumado...
Ahora me pregunto como he podido ser tan idiota para suicidarme, del porque de que haya escogido la opción más fácil, más rápida. Jamás fui valiente, tampoco sabía afrontar el dolor, ni recuperarme de una herida o echarle cara a la vida.
Nadie sabe realmente quien fui, pues la coraza que fui formando lo provoco, además que hacer que alguien sepa toda tu vida, todas tus debilidades, lo convierte en tu mayor enemigo pues en cualquier momento te puede destruir.
Nunca destaque por mi belleza, ni tampoco por ser inteligente, ni tener algún don o algo por el estilo, más bien fui esa niña con los que todos se metían, esa cuatro ojos y pelo estropajo. Pero todo patito feo tarde o temprano se acaba convirtiendo en un hermoso cisne, eso solo debería al exterior pero también cuenta el interior, cambie completamente deje de ser esa niña estúpida y me convertí en una golfa más.
El proceso de transformación duro varios años, fue bastante lento y apenas me daba cuenta.
Últimamente los problemas me ahogaban, aunque intentara salir de ellos me veía aun más metida y sin salida, nadie parecía que le importara como me encontrara, todos creían que era feliz pues eso decían mis labios, nadie supo ver como en realidad me sentía, nadie me conocía.
Mejor me remonto hasta hace unos cinco años, al momento donde empiezan mis cambios...
Se podría decir que era una niñata de 13 años que solo quería encajar en el nuevo instituto, todo parecía ir bien pero solo me hicieron falta unas horas para que los problemas empezaran. Todos los días lo mismo, se convirtió en un rutina.
Cuando no se metían conmigo o no me hacían perrerías, me parecía extraño aunque bastante agradable pues no tenía que esconderme.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)