Volvía a estar todo
escuro, pero una luz al final me estaba llamando, me incitaba a ir hacia ella. Me
resultaba bastante familiar aquel pasillo, como si hubiera pasado por él
demasiadas veces. Tras la luz se encontraba el mismo chico de mis sueños, entre
sus brazos tenia a aquella chica, parecía su presa. Ella parecía estar en el
quinto cielo, mientras que yo, sentía deseos de gritarles y echarles de allí.
Sin embargo cerré de un portazo y corrí, corrí lo más deprisa que podían mis
piernas. Entre como una exhalación en el comedor, todos me miraban como si
estuviera loca, pero no me importaba, necesitaba encontrar a alguien, hablar
con esa persona. Por más que mis ojos la buscaran no podía ver nada, pero ella
me encontró primero.
Entre sollozo y
sollozo le conté lo que había visto, ella me miraba compasiva, ella ya sabía
algo, me ocultaba algo. No era nada nuevo para ella.
Me ardía el pecho, los
ojos me prendían fuego, ¿por qué aquella sensación? ¿Por qué tanto dolor?
Después de pasado un
tiempo, no se cuento tiempo me tire en el suelo del baño llorando, en los
brazos de esa chica, entro ella con un poco de rímel corrido y el pintalabios
restregado por toda la boca. Cuando me vio en el suelo no supo cómo reaccionar,
pero yo me levante con la poca dignidad que me quedaba y le propine un empujón.
Todo se volvió difuso, no sé si paso el tiempo, o fue otro sueño pero…ahí estaba él, pidiéndome algo, arrepentido
de sus actos. Una confusión decía, un mal momento… Ogg maldito bastardo. Leí los mensajes, ella le había dado calabazas,
por lo visto le importaba más su amistad. Volvía a ser su segundo plato, que
extraño. Después simplemente me marche en un coche, el corazón se quería salir
de mi pecho…otra vez.
Seguía con esos sueños tan raros, quizás fueran recuerdos o quizás
simples ilusiones, pero cuando me desperté sentí unas pesadas lagrimas que me
quemaban las mejillas, impotencia y mucha ira.
Después de semanas fue la primera vez que hable, era el
colmo y no podía callarme durante más tiempo. Era una conversación demasiado estúpida
pero fue como un volcán en erupción, me lleve todo lo que pude por delante,
saque todo lo que guardaba dentro.
Ella volvía a llorar, no sé exactamente porque y él simplemente
me miraba boquiabierto sin creer lo que acaba de decir.
-Se acabó este teatro, deja ya de llorar mujer. Soy suficientemente
madura y tengo mi propia casa, un trabajo que no se si aún mantendré. ¿No queríais
que me recuperara? Pues aceptad mi decisión y dejadme de una vez tranquila. No
más fotos, no más vídeos ni anécdotas. Ya basta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario